Las matemáticas del Capital Riesgo

“Entonces… ¿por qué los fondos de capital riesgo no invierten en empresas de Capital Cell, si son tan buenas?”

Zanjemos este asunto… empezando por decir que, de hecho, el 40% de las rondas en Capital Cell sí han tenido a un VC como inversor principal, y el 15% han recibido financiación posterior de VCs. Es decir, más del 55% de las empresas de nuestra cartera han sido invertidas por fondos de capital riesgo especializados. 

Pero sí, algunas de las empresas de nuestra cartera no tienen dinero de capital riesgo, y no quiere decir que sean mejores o peores – es una simple (y tozuda) cuestión de matemática.

¿Cómo se financia un VC?

Un VC obtiene su dinero de inversores que se comprometen a pagar el 20% de sus futuras ganancias al fondo. Eso puede ser bastante dinero, pero se paga al cabo de unos años, y por tanto no sirve para pagar salarios ni espacio de oficina. Para asegurarse de que los fondos de capital riesgo puedan operar, los inversores también aceptan pagar una comisión anual del 2%.

Si tomamos un fondo de 20M, por ejemplo, eso serían 400.000 euros anuales. Una vez deducidos los costes legales básicos de la gestión de un fondo (auditorías, abogados, comités de supervisión, etc.) y el coste de una oficina modesta, quedan unos 300.000 euros para sueldos y gastos.

Primera complicación: en biotecnología, un VC necesita a gente extremadamente experimentada y con una combinación poco común de conocimiento inversor y científico – el tipo de persona que fácilmente podría ganar 100.000 o 200.000 por año en una Big Pharma.  Por lo tanto, con 2 o 3 socios senior (“Principal”, “Associate” o “General Partner”) ya salen unos costes anuales del orden de 250.000 – o mucho más si tomamos salarios estadounidenses.

Eso dejaría al fondo con alrededor de 50.000 por año para analistas, consultoría, gastos de viaje, comunicación, comidas, viajes de esquí a Chamonix y demás gastos esenciales. La realidad, por tanto, es que no suele quedar mucho dinero para ir a Chamonix: el rol de analista suele exigir a alguien con un doctorado científico, así que 50.000 apenas darán para un analista experimentado y algún que otro viaje a BioEurope.

¿Los VCs trabajan mucho?

Teniendo en cuenta la profundidad del análisis en cada inversión, un analista y 2-3 seniors ya irán sobrecargados de trabajo revisando 20-30 propuestas por mes.

Total, un fondo de 20M es un poco como una startup: salarios ajustados, un coworking, un analista sobrecargado y montones de horas de trabajo. Los pequeños VCs funcionan a base de puro esfuerzo de sus fundadores, y suelen acabar desapareciendo o creciendo de tamaño.

Por pura lógica, los VCs de biotecnología suelen más grandes. De hecho, el tamaño medio de los fondos en Europa fue de 69M de euros en 2022, y se estima que era de 120M en 2024.

En resumen: los fondos de capital riesgo suelen ser de más de 50M, pueden manejar entre 15 y 20 inversiones y aproximadamente la mitad de su dinero está reservado para reinvertir en las empresas de su cartera.

El cálculo para un fondo 50M deja un promedio de algo más de 1M por inversión. Por tanto, si eres un emprendedor de ciencias de la vida que necesita 800.000 euros:

->  Un VC maduro no podrá invertir menos de 1M de euros, por mucho que le guste tu empresa

->  Los VCs atípicos sí invertirán menos de 1M, pero son escasos y tienden a acabar desapareciendo o convirtiéndose en VCs más grandes.

Pero hay más: un país como Francia tiene alrededor de 1800 startups de ciencias de la vida y alrededor de 20-25 VC especializados. En España, 1400 empresas y 10-15 VCs. 

En total, surgen unas 500 nuevas startups de salud al año en la UE, y el número de inversores de capital riesgo no crece al mismo ritmo – de hecho, dado que los VCs aumentan de tamaño, cada vez hay (proporcionalmente) menos inversores de fase inicial que de fases maduras.

Así son las cosas: sí, hay muy buenas startups que no consiguen dinero de capital de riesgo, simplemente porque no hay suficientes VCs, y aún menos VCs que inviertan “pequeñas” cantidades de dinero. Es algo así como una fiesta con muchos más chicos que chicas (o más chicas que chicos, como lo prefieras).

Y así, muy buenas startups tienen que buscar dinero a través de amigos, familiares, inversores privados o business angels. O, si son empresas más sofisticadas, a través de alguna plataforma online especializada que les permita captar fondos de manera mucho más eficaz, como Capital Cell – ¿ya te hemos contado lo fantástica que es la plataforma de Capital Cell? 😎